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RESEÑA HISTÓRICA
 

La presencia poblada del hombre en el actual estado de Oaxaca se remonta a unos 11,000 años a.C.;  en una cueva cercana al pueblo de Mitla, conocida con el nombre de Guilá Naquitz, se encontraron instrumentos de piedra y restos de algunas plantas que se preservaron gracias al clima seco del lugar. En otra cueva, cercana a la anterior, se localizaron restos muy similares que fueron fechados mediante el procedimiento del carbono 14 y dieron una antigüedad de 5,000 años a.C.

Estos grupos humanos, que viajan en pequeñas bandas buscando el sustento poco a poco se iniciaron en el conocimiento de la agricultura y abandonaron los cerros  en pos de la fertilidad de los valles centrales, más propicios para la práctica de  las labores agrícolas.

La arqueología ha demostrado que desde unos 2,000 años a.C. el hombre se había establecido de manera sedentaria y definitiva en el estado y, desde esta época aparecen comunidades aldeanas que viven de la caza, la pesca y una agricultura incipiente.

José Luis Lorenzo encontró en Yanhuitlán un taller lítico y una gran cantidad de rectos que se han interpretado como testimonios de un grupo agrícola y precerámico. En la Laguna Zope, cercana a la población de Yanhuitlán, se desarrollo por esa época una aldea de pescadores ahí se localizaron tecomates y algunos cuencos vinculados con figuirillas llamadas de “mujeres bonitas” o “baby face”, muy similares a las que se fabricaban en el altiplano central entre 1,200 y 900 a.C.

En algunos lugares del valle de Etla se produjo una cerámica blanca y negra con motivos excavados, con impresiones de uñas y algunas otras modalidades muy semejantes alas de La Victoria, en Guatemala.  Además de Yanhuitlán y Laguna Zope, existieron comunidades aldeanas en Tierras Largas (1400-1300 a.C.), San José Mogote (1250-800 a.C) y Guadalupe, cuya cerámica es de características netamente olmecas.

Aunque los trabajos de investigación no han sido exhaustivos, pues no abarcan la totalidad del estado, se puede afirmar que, durante  esta época, existieron comunidades aldeanas autosuficientes que recibieron influencia de los olmecas-pueblo que se desarrolló en los actuales estados de Tabasco y Veracuz,y cuya cultura está considerada como la cultura madre mesoamericana; se produjo una escultura en relieve que utiliza grandes piedras y, como señala Román Piña Chan en su artículo “Las culturas preclásicas del México antiguo”, surgieron varios centros ceremoniales donde prosperaron el calendario, la numeración, la escritura jeroglífica, el sacerdocio, la religión y las artesanías, que serían la base dela civilización zapoteca.

El rescate arqueológico y la investigación  se han realizado principalmente en la parte central del valle de Oaxaca. Parece válido asegurar que en la etapa conocida como Monte Albán I (650-200 a.C.) ocurren cambios y avances muy importantes.

Es factible que los muros de un edificio en Dainzú, cubierto con grandes losas que ostentan relieves de hombres vestidos con pieles de jaguares y jugadores de pelota, pertenezcan a esta época y estén relacionados con la cultura olmeca.

En  Monte Albán se levanta también el edificio conocido popularmente como los Danzantes, que tuvo un muro vertical más alto que el actual, cosa curiosa, pues en Mesoamérica estos muros son siempre el talud. Esta construcción, como ahora se ve es producto de supersposiciones posteriores y lo más relevante es la famosas serie de lápidas enormes con figuras humanas en posiciones extrañas.

Todos son representaciones de hombres desnudos, algunos tienen los ojos abiertos y otros cerrados. Esta colección de “danzantes”, que incluyen en total unas 300 figuras, ha desconcertado a los investigadores que hasta la fecha no se han puesto de acuerdo sobre un probable significado. Unos proponen que se trata de sujetos nadando; otros, que representan sacerdotes de un culto vinculado con la castración y, algunos más, que son prisioneros de guerra.

No obstante, ninguna de estas explicaciones parece satisfactoria y lo único que se puede afirmar es que están asociadas con la escritura y el calendario y como sugiere el doctor Ignacio Bernal, difícilmente podríamos encontrar algo más fascinante si pensamos que a esta época corresponden las primeras tumbas, como las de Yagul, y la aparición de una serie de deidades que avalan el nacimiento de la religión.

Otros rasgos importantes son producción de cerámica muy hermosa, manufactura de adornos y vestidos, costumbre de pintarse y tatuarse la cara y el cuerpo, inicio de la arquitectura, adeás de la aparición de la escritura y la creación de un panteón que trajo aparejado el desarrollo de una serie de ceremonias cíclicas.

La siguiente etapa, bautizada con el nombre de Monte Albán II abarca desde el año 200 a.C. hasta el inicio de la era cristiana y está representada en unos 30 sitios del Valle de Oaxaca, que no han sido explorados en  su totalidad.

Los trabajos más relevantes se han efectuado en Monte Albán y Dainzú, lo que  permite destacar las características más sobresalientes de este momento; por un lado, grupo relativamente pequeño venido muy probablemente de Chiapas y Guatemala se impone a la población nativa, aunque ésta sigue manteniendo muchos de los rasgos culturales de la época anterior; los elementos que permanecen son la cerámica de uso doméstico, las técnicas de trabajo y la elaboración de figurillas de barro, se continúa el mismo arquitectónico de muros verticales levantados con grandes losas de piedra y se construyen escaleras sin alfardas. Para este momento se tiene una idea clara y bien definida del urbanismo y el ejemplo más contundente es la gran plaza de Monte Albán, ya que durante esta fase se emprende la extraordinaria tarea de nivelar la cima del cerro.

Aparecen también los frisos decorados con discos pintados de blanco y la utilización del  estuco adquiere mucha importancia.

De esta época,  el edificio más notable se encuentra en Monte Albán,  se trata del Montículo J. Con planta en forma de flecha y una orientación distinta a todas las otras construcciones; es probable que haya funcionado como observatorio, aunque esta hipótesis no es del todo definitiva. En Tlacolula, en un sitio conocido como caballito Blanco, existe un edificio muy similar.

Otro rasgo notable es la innovación dela cerámica, que se decora al fresco con motivos y colores. También aparecen los soportes para ollas, las vasijas de cuatro pies, la greca escalonada que se usara más tarde en los palacios de Mitla y los vasos con tapa. En otro orden  de cosas, al antiguo panteón integran nuevos dioses, y se siguen fabricando las clásicas urnas.

La época considerada como clásica y designada en Oaxaca como Monte Albán III abarca desde el inicio  de nuestra  era hasta el siglo VIII. Para mayor precisión, los arqueólogos la han dividido en una época de transición (de principios  dela era cristiana al año 150); una segunda denominada III a (150 a 300) y III B (350 a 700).

La importancia de la fase de transición reside en que durante estos años se hace sentir, por primera vez, la influencia de Teotihuacán a a partir de este momento sepuede hacer referencia, sin ninguna duda, a un pueblo con características culturales definidas que van a perdurar hasta la conquista española, se trata de los zapotecas que lograron consolidar una identidad cultural y la mantuvieron ininterrumpidamente durante 1,500 años.

Las campañas mexicas de expansión y conquista sobre el territorio oaxaqueño se iniciaron durante el gobierno de Moctezuma I, como consecuencia del desarrollo comercial mixteco. El primer enfrentamiento entre aztecas y mixtecos favoreció a lo primero, y años después un segundo enfrentamiento logró abrir el camino entre las regiones mixtecas y zapotecas, dejando despejado el terreno para futuras conquistas hacia el sur.

Durante los señoríos de Axayácatl y Tizoc se realizaron la conquista de Tehuantepec y buena parte de la costa del Océano Pacífico, así como las incursiones militares en Mitla y Yanhuitlán.

En el momento en que Cosijoeza se hace cargo  del gobierno de Zaachila (1486) se intensifica la presencia mexica en la entidad. Ahuizótl dejó, en su camino hacia Tehuantepec, un destacamento militar para que cuidara la retaguardia; estos soldados talaron un bosque de guajes, levantaron sus casas en las márgenes del río Atoyac y a este asentamiento lo llamaron Huaxyaca, que significa según algunos autores “en la punta de los guajes”.

El centro de la población se localizaba a muy corta distancia de Zaachila, centro zapoteca y residencia del padre de Cosijoeza.

Las primeras entradas de españoles en territorio oaxaqueño fueron en pos de oro. Cortés, en 1519, mandó a Diego Pizarro y cuatro soldados castellanos de Tuxtepec; Bernal Díaz del Castillo nos relata en su obra, Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España, que Hernán Cortés le preguntó a Moctezuma dónde se encontraban “las minas y en que ríos, y cómo y de qué manera cogían el oro que le traían en granos...” a lo que el señor azteca respondió “que ahora el presente se lo traen de otra provincia que se dice Tustepeque... y que lo cogen de dos ríos y que cerca de aquella provincia hay otras buenas minas que en parte son  de unos sujetos, que se dicen chinantes y  zapotecas y que no le obedecen...”

Estas noticias fueron suficientes para que capitanes como Gonzalo Umbría exploraran Mixtecapan y el Valle de Huaxyacac; y Francisco Álvarez Chico, junto con tres soldados, recorriera la costa de Tehuantepec hasta Zacatula.

Además de la búsqueda de  oro, la conquista de Oaxaca tenía otro fin; explorar las costas para hacer nuevos descubrimientos en la Mar del Sur y tratar de encontrar una ruta hacia las islas de la especiería. Así, a la caída de México-Tenochtitlán, se inició la conquista de Oaxaca emprendida, bajo las órdenes de Cortés, por Gonzalo de Sandoval, Francisco de Orozco y pedro Alvarado.

Los nativos opusieron inicialmente una resistencia decidida. La población mexicana que ocupa Tuxtepec, aprovechando un descuido del capitán de guarnición española acantonada en el lugar, aniquiló a las tropas enemigas.

Los mixtecos por su parte derrotaron a Francisco de Orozco. Poco después Hernán Cortés mandó un respetable contingente y Orozco pudo tomar. Huaxyacac en diciembre de 1521, a escasos cuatro meses de la caída de Tenochtitlán.

Gonzalo de Sandoval y Pedro de Alvarado fueron enviados a ultimar la conquista. Alvarado, en 1522 arrebató al cacique de Tututepec una cantidad respetable de oro luego lo puso en prisión y lo abandonó a su suerte.

En el camino a Tehuantepec se distinguió por sus excesos y recurrió a todo tipo de crueldades por conseguir el ansiado metal. Varios pueblos se rebelaron y algunos, como los mixes, opusieron una tenaz y prolongada resistencia.

El primer representante religioso que pisó suelo oaxaqueño fue Juan Díaz que fungía como capellán de Francisco de Orozco. Más tarde fray Bartolomé de Olmedo, el diácono Minaya y el citado Díaz acompañaron a Pedro Alvarado durante sus incursiones por la región de Tututepec.

Resultado de estos primeros viajes fue la conversión superficial de algunos grupos indígenas y el bautizo de Cosijoeza, señor de Zaachila. En 1528 los dominicos se asentaron e la ciudad de Oaxaca y se alojaron en una pequeña y humilde iglesia que más tarde sirvió como primitiva catedral al obispo de Antequera Por las noticias que ofrecen el padre Burgoa podemos reconocerla como el actual templo de San Juan de Dios. Un año más tarde lograron conseguir solares para levantar el primer asentamiento formal dela orden; este primer  recinto ocupó el lugar donde después se construyó el templo de San Pablo. Los dominicos se establecieron en Etla, Tlacochahuaya y Teotitlán del Valle y Gonzalo Lucero llegó inclusive a Villa Alta. Hacia 1538 extendieron su labor hasta Tehuantepec que por ese entonces está incluido dentro delas propiedades  de Hernán Cortés.

También fundaron casas de Yahuitlan y Tlaxiaco. Por lo que toca al clero secular, la diócesis de Antequera fue decretada por el papa Paulo III en junio de 1535 y el primer obispo que la presidió fue Juan López Zárate, quien durante  su gestión  creo las parroquias de Ocotlán y Villa Alta. Con el tiempo se establecieron otras órdenes religiosas; después de los dominicos llegaron los jesuitas y se asentaron en el estado de 1596, los mercedarios en 1601, los felipenses en 1663, los juaninos y carmelitas en 1669, las recoletas agustinas en 1697 y finalmente las capuchinas indias en 1782.

En 1810 la ciudad de Oaxaca tenía una población de unos 18,000 habitantes, en gran parte mestizos y las autoridades se mantenían fieles al gobierno colonial, lo que trajo como consecuencia que los representantes del cura Hidalgo, José María Armenta y Miguel López de Lira, fueron ahorcados en un sitio denominado Las canteras 15 días después del grito libertario dado en Dolores; sus cabezas fueron expuestas, para escarmiento dela población, en las calles que actualmente llevan sus nombres.

Felipe Tinoco y Catarino Palacios intentaron prender la llama independentista, pero un año después fueron fusilados en la ciudad de los esfuerzos realizados por Antonio Valdés de Jailtepec resultaron infructuosos.

No obstante, el movimiento había cobrado fuerza y para 1812 se ponía sitio a la población de Huahuapan de León, donde Valerio Trujano defendió con heroísmo la causa insurgente oponiendo una tenaz resistencia a los realistas Régules y Calderas y soportando un sitio que duro varios meses hasta que el cura José María Morelos vino en su auxilio y derrotó al ejército virreinal.

El movimiento independentista cobró auge cuando el generalísimo tomó la capital del estado, el 25 de noviembre de 1813 y la mantuvo hasta el 9 de enero del año siguiente.

Las tropas insurgentes libraron varios combates en la entidad con distinta suerte. Hubo enfrentamientos en la Cañada, Villa Alta, la Mixteca y Jamiltepec hasta que finalmente se consumó la independencia del país, que fue proclamada en Huahuapan de León, el 19 de junio de1821, por Antonio de León, quien fungió como comandante militar después de haber entrado en la ciudad el 31 de julio del mismo año.

Con la disolución del congreso dictada por el emperador Agustín de Iturbide, Antonio de León y Nicolás Bravo tomaron la ciudad de Oaxaca y a la caída del Imperio manifestaron su adhesión al régimen federalista, declarando a Oaxaca estado libre y soberano. Al finalizar el año de1823 se nombró al segundo gobernador del estado, honor que recayó en José María Murguía, y al año siguiente se publicó el acta constitutiva de la federación.

En 1828 ya se habían formado los partidos liberal y conservador; y el liberal pugnaba por el federalismo y estaba manejado por la masonería yorkina, popularmente conocido como el”partido del vinagre”.

Los conservadores enarbolaban la bandera del régimen centralista y sustentaban el rito escocés; a éstos  se les conoció como el monte de “partido del aceite”. Las pugnas entre ambas fracciones por la conquista del poder se prolongaron hasta después de la guerra suscitada por la intervención francesa; resultado de esta guerra civil fue el caos general que invadió todos los órganos de la vida del estado.

Una consecuencia fue el fusilamiento del general  Vicente Guerrero. Este había retomado las aras en el estado de Guerrero, donde fue secuestrado el 15 de enero de 1831 y a bordo del bergantín.

El Colombo trasladado a Huatulco, de donde fue conducido por militares del  4° Regimiento a la ciudad de Oaxaca para, posteriormente llevarlo al convento dominico de Cuilapan y fusilarlo.

Manuel Gómez Pedraza asumió la presidencia de la república en 1832 y en Oaxaca volvió a asumir la gubernatura Ramírez de Aguilar  y poco después se instaló el congreso constituyente.

Con el primer intento de reforma liberal, encabezado con Valentín Gómez Farías en 1833, se levantó en armas Valentín Canalizo al grito de “religión y fueros”,pero fue controlado por las fuerzas federales del general Esteban Moctezuma.

Con el acceso al poder de Antonio López de Santa Anna en 1834, fueron derogadas las leyes y decretos que intentaban limitar el poder eclesiástico.

El comandante Luis Quintanar, en el estado de Oaxaca, se dio a la tarea de perseguir a los liberales, entre quienes ya figuraba el entonces licenciado Benito Juárez.

Durante los años siguientes, el caos político se hizo evidente en la vida económica y el descontento social en toda la entidad.

Las poblaciones istmeñas inician un movimiento separatista que logró su objetivo en 1823, 1853 y 1855. En los años treinta una terrible epidemia de cólera había diezmado a la población y la situación se agravó con la sequía que sobrevino en 1838.

Para 1841 el malestar popular se hizo sentir de manera muy aguda con la devaluación de moneda de cobre y la crisis económica se agravó porque la grana (colorante animal) había dejado de producirse, debido a la competencia e los mercados  internacionales, de las anilinas; un año después se estableció el impuesto de capitación que obligaba a todos los varones de 16 a 60 años a pagar un real mensualmente.

Durante la intervención norteamericana, la entidad envió el Batallón de la Patria acompañado de algunos escuadrones de caballería bajo el mando del general Antonio de León, que cayó heroicamente el 18 de septiembre de 1847 en la acción de Molino del Rey, en la ciudad de México. En la guerra de Reforma dos oaxaqueños participaron de manera destacada; Benito Juárez y Porfirio Díaz.

En octubre de 1847 Juárez asumió la gubernatura del  estado y durante su mandato realizó importantes obras que intentaban consolidar la paz y  desarrollar la entidad. Después de reelegirse por segunda vez continuo con una política de apoyo a la educación, y luego dejó el poder en manos del licenciado Lope San Germán, iniciándose con esto la persecución de los liberales.

Con el triunfo de la revolución de Ayutla, Benito Juárez fue designado nuevamente gobernador de Oaxaca, llegando a la capital del estado el 9 de enero de 1856.

Sus primeras medidas fueron convocar al congreso constituyente y continuar su política de apoyo a la educación. Al declararse la ley de desamortización de bienes de manos muertas, la Iglesia católica contaba en Oaxaca con 814 fincas urbanas y 367 haciendas, valuadas en 1.3 millones de pesos.

La constitución de 1857 se juró en Oaxaca el 22 de marzo y la carta local el 15 de septiembre. A instancias del presidente Ignacio Comonfort, Juárez abandonó la gubernatura para ocupar el ministerio de Gobernación.

Mientras tanto, los conservadores se fueron apoderando de varias poblaciones hasta sitiar la ciudad capital, finalmente recuperada por los liberales. Dos años después se  iniciaron los trabajos de construcción del ferrocarril interoceánico por la compañía norteamericana Louisiana.

Al promulgarse el presidente Juárez la ley sobre nacionalización de los bienes del clero secular y regular, las fuerzas conservadoras se levantaron en aras y  la guerra civil duró ocho largos años. Finalmente, con la victoria conseguida en Capulalpan, se  puso fin ala guerra de Tres Años (1860), y Oaxaca envió sus tropas a combatir en la batalla del 5 de mayo.

Con la caída de la ciudad de Puebla fueron hechos prisioneros los generales Ignacio Mejía y Porfirio Díaz; este último escapó y se hizo cargo de la División de Oriente y de la comandancia militar, que comprendía los estados de Oaxaca, Puebla, Chiapas, Veracruz y Tabasco.

Más tarde, las fuerzas imperiales bajo el mando del general Bazaine tomaron la ciudad de Oaxaca defendida por Díaz quien fue puesto en prisión.

Sin embargo, volvió a fugarse y logró vencer el general Carlos Oronoz en Miahuatlán, el 3 de octubre de 1836, para recuperar la ciudad capital después de la famosa batalla que tuvo como escenario la Carbonera, donde cayeron las tropas del francés Kotze.

Concluida la guerra de intervención se restauró el gobierno de la República encabezado por Benito Juárez hasta 1872. Durante su mandato hubo varios levantamientos y en Oaxaca, Porfirio Díaz, se rebeló con el Plan  de Noria, aunque sus fuerzas fueron derrotadas en Nochistlan por Ignacio Alatorre.

En 1876, el general Porfirio Díaz volvió a levantarse en armas  con el Plan de Tuxtepec, que lo llevó a ocupa la presidencia de la república que no  abandonaría hasta 1911.

Durante el Porfiriato se iniciaron varias obras importantes en Oaxaca. Se inauguró el alumbrado de petróleo en la capital, se inició la construcción de varias líneas de ferrocarril, se introdujeron nuevos cultivos y se revitalizó, el comercio.

En esos años la agitación política se reavivó gracias a la labor de un grupo de neoliberales, que se encargó de enunciar la irracional explotación a la que están sometidos los campesinos indígenas.

Por esos mismos años se publicó el libro “México bárbaro” donde se ponía de manifiesto la terrible situación que vivía el campesino de Valle Nacional.

De hecho, las contradicciones sociopolíticas preludiaban la Revolución. No  debe olvidarse que los hermanos Flores Magón, distinguidos revolucionarios, fueron oaxaqueños.

En1909 Francisco I. Madero visitó la ciudad de Oaxaca y un año después se iniciaron los brotes rebeldes, en el mes de mayo había cundido la revolución maderista.

En febrero de1913 las autoridades de la entidad se sometieron al gobierno de Victoriano Huerta y en agosto de 1914 se firmó el Plan de Pinotepa, donde un grupo de revolucionarios se manifestaba afecto a Venustiano Carranza. Meses después se enfrentaron  a fuerzas zapatistas y luego pasaron al vecino estado de Guerrero para prestar ayuda al general Morales.

Un año después el estado volvió a su soberanía,  con el argumento de que el presidente Venustiano Carranza había suspendido la vigencia de la constitución de 1857.

Estos años convulsos estuvieron teñidos por un gran número de enfrentamientos militares para los dos bandos. El 15 de abril de 1922 se juró la nueva constitución del estado y para finales del año siguiente el gobernador Gacía Vigil se adhirió a la rebelión delahuetista y fue fusilado.

En 1924 habían desaparecido los poderes en la entidad, por lo que se hizo cargo del ejecutivo  el general Issac M. Ibarra.

Meses más tarde contendieron por la gubernatura José Vasconcelos y Onofre Jiménez usurpando el puesto este último, que más tarde fue desaforado.

Durante los años siguientes, en un clima de precaria tranquilidad, se iniciaron algunos trabajos de reconstrucción. Este clima poco a poco se fue suavizado y los gobiernos pusieron en marcha  programas para consolidar la paz y el progreso.

CRONOLOGÍA DE HECHOS HISTÓRICOS

Año Acontecimiento
1519

Las primeras entradas de españoles en territorio oaxaqueño fueron en pos de oro, Hernán Cortés envío a Diego Pizarroy en busca del metal.

1528

Los dominicos se asentaron en la ciudad de oaxaca y se alojaron en una pequeña y humilde iglesia que más tarde sirvió como primitiva catedral al obispo de Antequera.

1810

Fueron ahorcados los representantes del cura Hidalgo, José María Armenta y Miguel López de Lira, en un sitio denominado Las Canteras, 15 días después del grito libertario dado en Dolores

1812

Se ponía sitio a la población de Huajuapan de León, donde Valerio Trujano defendió con heroísmo la causa insurgente oponiendo una tenaz resistencia a los realistas Régules y Calderas y soportando un sitio que duro varios meses hasta que el cura José María Morelos vino en su auxilio y derrotó al ejército virreinal.

1821

El 19 de junio se consumó la independencia del país, fue proclamada en Huajuapan de León, por Antonio de León, quien fungió como comandante militar después de haber entrado en la ciudad el 31 de julio del mismo año.

1823

Al finalizar el año se nombró al segundo gobernador del estado, honor que recayó en José María Murguía, y al año siguiente se publicó el acta constitutiva de la federación.

1834

Fueron derogadas las leyes y decretos que intentaban limitar el poder eclesiástico. El comandante Luis Quintanar, en el estado de Oaxaca, se dio a la tarea de perseguir a los liberales, entre quienes ya figuraba el entonces licenciado Benito Juárez.

1830

En los años treinta una terrible epidemia de cólera había diezmado a la población y la situación se agravó con la sequía que sobrevino en 1838.

1847

En el mes de octubre Benito Juárez asumió la gubernatura del estado y durante su mandato realizó importantes obras que intentaban consolidar la paz y desarrollar la entidad.

1857

La constitución de ese año se juró en Oaxaca el 22 de marzo.

1872

Se restauró el gobierno de la república encabezado por Benito Juárez. Durante su mandato hubo varios levantamientos y en oaxaca Porfirio Díaz, se rebeló con el Plan de la Noria, aunque sus fuerzas fueron derrotadas en Nochixtlán por Ignacio Alatore.

1876

El general Porfirio Díaz volvió a levantarse en armas con el Plan de Tuxtepec, que lo llevó a ocupar la presidencia de la república que no abandonaría hasta 1911.

1909

Francisco I. Madero visitó la ciudad de Oaxaca y un año después se iniciaron los brotes rebeldes.

1914

En agosto se firmó el Plan de Pinotepa, donde un grupo de revolucionarios se manifestaba afecto a Venustiano Carranza.

1922

El 15 de abril se juró la nueva constitución del estado y para finales del año siguiente el gobernador Gacía Vigil se adhirió a la rebelión delahuertistas y fue fusilado en Pochutla. 

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