Página de inicio » Jalisco

Jalisco - Noticias e informaciones


Escuchar con robot

RESEÑA HISTÓRICA

Los restos humanos de mayor antigüedad en el estado presentan una edad aproximada a los 15 mil años y consisten en fragmentos de cráneos y otros restos que se encontraron en la ribera de los lagos de Zacoalco y Chapala. Además se han localizado puntas de flecha, raspadores, anzuelos, agujas y otros artefactos hechos de hueso.

Otros vestigios recuperados consisten en fauna pleistocénica encontrados en Ameca, Zacoalco, San Marcos, Sayula y la ribera del lago de Chapala. Se suman a estos hallazgos, puntas de flecha, de aproximadamente 10 mil años, encontradas al sur de Zacoalco y San Marcos.

Prueba fehaciente de la presencia humana son los petroglifos y pinturas rupestres encontradas en Cabo Corrientes, San Gabriel, Jesús María, La Huerta, Puerto Vallarta, Mixtlán, Villa Purificación, Casimiro Castillo, Zapotlán el Grande y Pihuamo.

Se cuenta con elementos suficientes para suponer que la aparición formal de los primeros asentamientos humanos en el occidente de México se remonta hace 7 mil años.

Para su estudio, la evolución cultural en esta región ha sido dividida en dos etapas a partir del inicio de la agricultura y el asentamiento  en aldeas, hacia el año 1500 antes de nuestra era.

La primera etapa abarca un poco más de 2000 años y se caracteriza por la adopción de la vida en las aldeas, así como la práctica de la agricultura que se sumó a la caza y a la recolección.

La vida sedentaria les permitió dedicarse a otras actividades como la fabricación de cerámica, la práctica de ceremonias religiosas y funerarias, y del trueque.

De esta época datan las tumbas de tiro, esta manifestación cultural se presentó únicamente en el occidente de México y en Sudamérica; y consisten en cámaras o recintos funerarios subterráneos. En Jalisco, destacan las tumbas encontradas en Acatlán de Juárez, El Arenal y en Casimiro Castillo.

La segunda etapa de las culturas de occidente se ha denominado “Tolteca” y se caracteriza por el dominio militar en unos pueblos sobre otros más débiles. En esta época se perfeccionaron los trabajos de cerámica, apareció la técnica metalúrgica del oro, la plata y el cobre; y además se vigorizó la actividad comercial tanto local como foránea.

Recientes investigaciones de campo, han permitido obtener valiosa información arqueológica que demuestra, de manera concluyente, que en la zona occidental de México surgieron ricas culturas que manifestaron su grado de desarrollo en arquitectura monumental, grandes asentamientos y sistemas de irrigación, así como un posible sistema de escritura ideográfica. Estos descubrimientos vienen a poner fin a la idea equívoca de que en los sectores occidentales de México, las culturas prehispánicas eran simples y de pequeña escala.

La rica diversidad de vestigios arqueológicos con que se cuenta en la entidad es una valiosa herencia cultural de nuestros antepasados indígenas; su distribución en el estado abarca prácticamente todas las regiones de la entidad.

Como ejemplo se pueden mencionar las zonas arqueológicas de “El Ixtépete”, “El Grillo” localizados en el municipio de Zapopan; “La Providencia”, “Laguna Colorada”, “Las Cuevas” “El Arenal” y “Palacio de Oconahua” en el municipio de Etzatlán; “Huitzilapa” y “Cerro de la Navaja” en la municipalidad de Magdalena; “Guachimontones” en Teuchitlán; “Coyula” en Tonalá; “Atitlán”, “El Mirador”, “El Reliz” y “Las Cuevas” en San Juanito de Escobedo; “Portezuelo” en Ameca; “Las Pilas”, “Huaxtla” y “Santa Quitería” en el municipio de El Arenal; “Cerrito del Istle” (Hiztle) en el municipio de Huejuquilla el Alto; “Las Calles” (cerro de Portezuelo) en La Barca; “Centro ceremonial Ixtapa” en Puerto Vallarta; “Santa Inés” y “La Tepalcatera” en el municipio de Sayula; “Mesa de San Francisco” en Tamazula; entre muchos otros localizados a lo largo y ancho de nuestro estado.

Zona arqueológica de El Ixtépete, en el municipio de Zapopan, Jal.

El territorio del actual estado de Jalisco estuvo habitado por diversas etnias: bapames, caxcanes, cocas, cuachichiles, huicholes, cuyutecos, otomíes, nahuas, tecuejes, tepehuanes, tecos, purépechas, pinomes, tzaultecas y xilotlantzingas. Otros autores mencionan también a pinos, otontlatolis, amultecas, coras, xiximes, tecuares, tecoxines y tecualmes.

En el siglo XVI, a la llegada de los españoles, los habitantes de la región noroccidental de México, en general, fueron sometidos pacíficamente a la autoridad de la corona hispana.

Para lograr la conquista de esta región se realizaron varias expediciones durante el primer tercio del siglo XVI, incursionando en estas tierras Cristóbal de Olid (1521), Alonso de Avalos (1521), Juan Alvarez Chico (1521), Gonzalo de Sandoval (1522), Francisco Cortés de Sanbuenaventura (1524), y Nuño Beltrán de Guzmán (1530) acompañado de Pedro Almíndez Chirinos y Cristóbal de Oñate.

Con la empresa de Nuño de Guzmán, da principio la colonización neogallega y casi termina su conquista cuando toma posesión de las tierras situadas a la margen derecha del Río Lerma, el 5 de junio de 1530, dándole el nombre de Conquista del Espíritu Santo de la Mayor España, a los territorios sometidos por él y sus capitanes.

A fines del año de 1531, Guzmán fundó la Villa del Espíritu Santo de la Mayor España como capital de las tierras por él conquistadas.

Sin embargo, por cédula real del 5 de enero de 1531 se dispuso que el término impuesto a la conquista fuera sustituido por el de Provincia o Reino de Nueva Galicia y su capital debería llamarse Santiago Galicia de Compostela; tales acuerdos llegaron a conocimiento de Guzmán hasta enero de 1532, quien a pesar de sus súplicas y argumentos enviados a la corona española, pidiendo se conservaran los nombres por él elegidos, finalmente cumplió con la voluntad real.

Plano del Reino de Nueva Galicia.

La provincia neogallega comprendió desde el siglo XVI hasta el siglo XVIII los actuales estados de Nayarit, Zacatecas, Aguascalientes, así como gran parte de los de Jalisco y Sinaloa, y una pequeña fracción de los de San Luis Potosí  y Durango. El territorio de la Nueva Galicia comprendía, en total, 22 alcaldías y 13 corregimientos.

El 4 de diciembre de 1786, Carlos III expidió la ley titulada “Real Ordenanza para el establecimiento e instrucción de intendentes de ejércitos y provincia en el reino de Nueva España”, mediante la cual se estableció en el virreinato el sistema político-administrativo de intendencia, que se mantuvo hasta las primeras décadas del siglo XIX. Con este sistema, Nueva España se vio dividida en 12 intendencias y tres provincias.

Así, el reino de Nueva Galicia cambió su nombre por el de Intendencia de Guadalajara, y se modificaron también sus límites, quedando integrada  por el territorio de las hoy entidades de Jalisco, Aguascalientes, Nayarit y Colima, y comprendiendo 26 jurisdicciones o partidos.

Al finalizar el siglo XVIII, la Nueva Galicia alcanzaba una extensión territorial de más de 9,600 leguas cuadradas, pobladas por más de medio millón de habitantes, y divididos en 27 jurisdicciones.

Para principios del siglo XIX, hacia 1804, habitaban el territorio de la Intendencia de Guadalajara, más de 520 mil habitantes, distribuidos en las 29 jurisdicciones.

La población neogallega estaba dividida fundamentalmente en cuatro grupos, estos eran: españoles, criollos, mestizos e indios. Además de las llamadas castas, que se formaban con las personas de sangre mezclada.

La Nueva Galicia, supo mantener durante el período colonial una situación de autonomía, tanto en el renglón político como en lo económico, con respecto de la Nueva España.

Este estado de cosas se debía a una serie de instituciones de carácter político judicial, comercial, cultural y religioso, de las cuales dotó la corona española al territorio neogallego. Estas instituciones fueron: la Real Audiencia (1548), el Real Consulado (1795), el obispado de Guadalajara (1548), la Universidad de Guadalajara (1791) y la Diputación Provincial (1812).

Todos estos factores se sumaron al libre comercio entre las colonias aprobado por la metrópoli en 1774. Con tal disposición  la Nueva Galicia alcanzó un auge económico hacia finales del siglo XVIII, dando como resultado una provincia autónoma en el contexto colonial.

En los primeros años del siglo XIX, se comienzan a manifestar los primeros brotes de emancipación en las colonias españolas, entre los factores que determinaron esta nueva etapa en territorio americano destacan las siguientes: la vieja oposición entre criollos y peninsulares, las ideas de la Ilustración, y la invasión napoleónica a España.

Efectivamente, los criollos americanos vieron en estos hechos la interrupción del pacto colonial.

Desde 1810, la Nueva Galicia se convirtió en escenario de cruentas y decisivas batallas en pro del movimiento que dio la independencia a Nueva España.

Durante el período colonial se dieron muestras de repudio a la presencia de los conquistadores por parte de las masas indígenas, cuya condición de clase sometida y explotada los llevó a adoptar una actitud rebelde que se manifestó desde el siglo XVI hasta el siglo XIX.

Entre los levantamientos que se dieron en territorio neogallego se puedan nombrar: el levantamiento de San Miguel de Culiacán en 1533; en el año de 1538, la rebelión de Coaxicori; en 1541, la rebelión de los tecoxines y de los caxcanes; en este mismo año ocurrió la lucha y toma de El Mixtón.

En 1584 sucedió la insurrección de Guaynamota; en el año de 1617 la rebelión liderada por Cogoxito; en 1704 tuvo lugar la insurrección de Nostic. Y a principios del siglo XIX, en 1801, la insurrección del indio Mariano.

La guerra de Independencia había comenzado el 16 de septiembre de 1810, unos días después las primeras noticias de la sublevación llegaron a Guadalajara y a fines del mes incursionaron, en territorio de la intendencia, dos grupos insurgentes: uno encabezado por Navarro, Portugal y Huidobro por los rumbos de Jalostotitlán, Atotonilco y La Barca; y el otro al mando de José Antonio Torres, el “Amo Torres”, iniciando su empresa por Sahuayo, Tizapán el Alto, Atoyac y Zacoalco.

El 4 de octubre de 1810, Torres se había presentado ante Miguel Hidalgo,  quien lo comisionó para incursionar por Nueva Galicia y apoderarse de Guadalajara. Tal cometido supo cumplirlo cuando, el 11 de noviembre, el insurgente entró triunfante a Guadalajara.

Las medidas tomadas en la intendencia de Guadalajara para frenar el movimiento de independencia resultaron inútiles: la integración de la “Junta Superior Auxiliar de Gobierno y Defensa”; la formación del regimiento llamado “La Cruzada” integrado por miembros del clero secular y regular, sacristanes, monaguillos y devotos; así como la excomunión lanzada por el obispo Cabañas contra todo aquel que aprobara, ayudara o favoreciera el movimiento insurgente y a sus caudillos Hidalgo, Allende, Aldama y Abasolo. Ninguna surtió efecto para disuadir a los sublevados y sus seguidores.

El día 13 de noviembre se unió a la lucha por la independencia el cura de Ahualulco, don José María Mercado quien defendió la causa con total entrega y valor hasta su muerte, ocurrida el 31 de enero de 1811 al ser víctima de la traición por defender la causa patriótica.

El día 26 de noviembre de 1810, Hidalgo hizo su entrada triunfal a Guadalajara, después de haber pasado por Zamora, La Barca, Atequiza y Tlaquepaque.

Su estancia en la capital neogallega se prolongó hasta el 14 de enero de 1811, y durante ella ocurrieron una serie de hechos de gran alcance político y social.

El 29 de noviembre de 1810, promulgó el decreto de abolición de la esclavitud. A fin de organizar al gobierno insurgente, Hidalgo creó los Ministerios de Gracia y Justicia, y la Secretaría de Estado y del Despacho, también nombró un representante plenipotenciario de México en territorio estadounidense. Por disposición de Hidalgo empezó a publicarse “El Despertador Americano”, primer periódico tapatío y primero también en propagar las ideas de la insurrección; con este hecho nace la prensa al servicio de la causa insurgente, destacando en este medio un notable ideólogo mexicano: Francisco Severo Maldonado.

Otras importantes medidas que tomó Hidalgo fueron: abolir el papel sellado, los tributos y los estancos; también redujo las alcabalas, y abolió la prohibición de fabricar pólvora.

El movimiento insurgente tuvo grandes triunfos como la toma de Guadalajara, pero también sufrió fuertes derrotas como ocurrió en la batalla del Puente de Calderón, el 17 de enero de 1811. Otra gran pérdida fue la muerte del valeroso caudillo José Antonio Torres, quien fue aprehendido en Palo Alto, el 4 de abril de 1812. El 11 de abril del mismo año, fue conducido a Guadalajara, siendo sentenciado a “ser arrastrado, ahorcado y descuartizado con confiscación de todos sus bienes”; pena  que se ejecutó el 23 de abril de 1812.

A pesar de estos dolorosos reveses la guerra de independencia no fue sofocada en la Nueva Galicia, por todo el territorio se escenificaron cruentas batallas.

En el lapso de 1813 a 1816, los insurgentes del islote de Mezcala realizaron una de las hazañas más gloriosas del movimiento de independencia al resistir, durante todos estos años, los ataques realistas hasta la firma de la capitulación, el 25 de noviembre de 1816;  lo que dio término a una de las más cruentas luchas de la insurgencia. Los patriotas del sitio de Mezcala estuvieron dirigidos por el presbítero Marcos Castellanos, el insurgente Encarnación Rosas y por José Santana.

Durante estos años el territorio jalisciense fue testigo del gran  heroísmo de las huestes al mando del insurgente Pedro Moreno, quien desde 1812 estaba en contacto con los caudillos de Apatzingán. Desde el año de 1813 y hasta 1816 su actividad combatiente no disminuyó en las cercanías de Lagos y León.

El 27 de octubre de 1817, el movimiento de independencia perdió a uno de sus más fieles defensores al morir Pedro Moreno; después de que con sus huestes fue sorprendido por sus enemigos al mando de Mariano Reinoso, en el rancho “El Venadito”.

Hacia 1821, Agustín de Iturbide, puesto de acuerdo con Vicente Guerrero propuso el Plan de Iguala. En el Nuevo Reino de Galicia, el ejército y el clero apoyaban dicho plan, logrando incluso la aprobación y ayuda política y económica del obispo Cabañas.

Así, el 13 de junio de 1821, se firmó el Plan de Iguala, en San Pedro Tlaquepaque en la casa marcada con el número 208 de la calle Independencia.

El día 14 de junio se reunieron la Diputación Provincial, la Audiencia, el Ayuntamiento y las demás corporaciones civiles y eclesiásticas, todas las cuales juraron no tener otra religión que la católica y prestar obediencia a Iturbide, reconociendo a Pedro Celestino Negrete como Jefe Superior Político.

La proclamación pública de la independencia se hizo el día 23 de junio, y ese mismo día se empezó a publicar el periódico oficial con el nombre de Gaceta del Gobierno de Guadalajara.

Una vez que Iturbide tomó el mando del naciente país independiente, se decidió disolver el Congreso y nombrar en su lugar una junta instituyente.

Con el Plan de Casa Mata, firmado por los generales Antonio López de Santa Anna y José Antonio Echavarri se reprobaba la conducta de Iturbide y se exigía que se convocara al Congreso.

Cuando Iturbide abdicó, se formó el Supremo Poder Ejecutivo, con Pedro Celestino Negrete, Nicolás Bravo y Guadalupe Victoria, pero como no se convocó de inmediato a un nuevo Congreso, para que la nación se constituyera como República Federal, las autoridades de Guadalajara reclamaron enérgicamente el cumplimiento del Plan de Casa Mata.

Estos acontecimientos aunados a la tradición de autonomía de la Nueva Galicia, alimentada por la interrupción del pacto colonial y la tradición monárquica, explican por qué el 16 de junio de 1823, la Diputación Provincial de Guadalajara se proclame a favor de la adopción del sistema de República Federal, como forma de gobierno, adelantándose a la respuesta del Congreso General de 1824.

El 16 de junio de 1823, es la fecha en que se conmemora el nacimiento del Estado Libre y Soberano de Jalisco. Su capital es la ciudad de Guadalajara, la cual ha conservado este rango desde el siglo XVI hasta nuestros días.

 

Esta iniciativa se materializa en el Plan de Gobierno Provisional del Nuevo Estado de Xalisco, donde en su tercer artículo dispone que: “El Estado de Xalisco es libre, independiente y soberano de sí mismo, y no reconocerá otras relaciones con los demás Estados o Provincias, que las de la fraternidad y confederación.”

La difícil tarea de consolidar al Estado de Jalisco, en la recién establecida República Federal da principio con los siguientes hechos: la integración del Congreso Constituyente  que dotó a Jalisco de una Constitución Política Estatal (constaba de 272 artículos); y la elección de Prisciliano Sánchez como primer Gobernador Constitucional del Estado.

Retrato de Prisciliano Sánchez, primer Gobernador Constitucional del Estado de Jalisco.

Con el recién adoptado sistema federal, el territorio jalisciense quedó dividido en ocho cantones: Guadalajara, Lagos, La Barca, Sayula, Etzatlán, Autlán, Tepic y Colotlán.

Mapa histórico del s. XIX donde se muestra el Segundo Cantón, Lagos.

Pero no todos los grupos sociales estuvieron de acuerdo con todos estos acontecimientos. Quienes derivaban su poder de la antigua relación de dominio colonial se organizaron rápidamente para impedir cualquier cambio.

Así, las vicisitudes derivadas de la oposición entre conservadores y liberales caracterizaron gran parte del siglo decimonónico, en la historia de México.

Desde 1823, cuando Jalisco adoptó el sistema federal, los distintos gobiernos del Estado defendieron y sostuvieron la causa por la que se había luchado, la de “Federación o Muerte”.

Durante el período que se conoce como la primera República Federal (1823-1835), los liberales jaliscienses no cesaron en hacer frente a las constantes hostilidades y pretensiones de los centralistas por implantar un sistema de gobierno que los favoreciera.

Luego de serios enfrentamientos en el campo político y militar, los liberales jaliscienses fueron sometidos, a fuerza de las armas, por parte de los conservadores en agosto de 1834; a partir de esa fecha Antonio López de Santa Anna tomas las riendas del país y se encarga de defender los intereses de los centralistas, quienes plasmaron sus ideales en las Siete Leyes Constitucionales, promulgadas en diciembre de 1836 y vigentes hasta 1841. En estas leyes se tomaron medidas que limitaban la libertad de organización política en todos los niveles. En Jalisco, desde 1835, el gobernador José Antonio Romero de convicción netamente conservadora suprimió los ayuntamientos, el Congreso del Estado y también nombró nuevos funcionarios.

A pesar de estas medidas tan drásticas, el ideal federalista de Jalisco no fue exterminado. Hacia 1846, ante la amenaza centralista de imponer una monarquía como forma de gobierno, los liberales mexicanos reaccionaron enérgicamente y se apresuraron a reorganizarse. En Jalisco un grupo de liberales se levantó en armas al grito de “Viva la República, muera el príncipe extranjero”, y en respuesta a esta protesta el gobierno centralista envió a sus tropas a Guadalajara, hostigando a la población y dejando en estado de sitio a la ciudad.

En agosto de 1846, triunfa nuevamente la causa federalista y México inicia su reorganización  según las bases de la Constitución de 1824.

Sin embargo la tarea de fortalecimiento del sistema federal sufre otro grave tropiezo, cuando los desacuerdos entre los grupos liberales y los ataques conservadores provocaron la nueva adopción del sistema centralista, así como su forma de organización política y territorial, en 1852, con la proclamación del Plan del Hospicio y el regreso de Santa Anna al poder.

Este hecho alertó a los liberales mexicanos, quienes actuando frente a condiciones adversas dieron cuenta de su presencia en la escena política, en marzo de 1854, al proclamarse el Plan de Ayutla.

Jalisco pronto declaró su adhesión a dicho plan y, en febrero de 1855, la guarnición de Guadalajara hizo lo mismo.

Los liberales vieron triunfar nuevamente su causa en agosto de 1855, cuando Santa Anna huyó del país. Jalisco inicia su reorganización cuando Ignacio Commonfort promulga el estatuto orgánico de Jalisco, mediante el cual se restauran en la entidad los principios de la Constitución de 1824 y con ella los derechos civiles.

El gobierno estatal pronto reafirmó su posición liberal, al jurar la Constitución Federal de 1857 y promulgar la Constitución Política del Estado ese mismo año; inspirándose en los lineamientos de la Carta Magna. La adopción del nuevo código desató en el país una violenta respuesta por parte de los grupos conservadores, dando lugar a la llamada Guerra de Reforma que, a lo largo de los tres años que persistió, dejó muerte y destrucción en todo el país.

El Congreso de Jalisco protestó contra los desórdenes provocados por el Plan de Tacubaya, cuya promulgación dio principio a la Guerra de Reforma; igual reacción tuvo el ayuntamiento de Guadalajara. Y aunadas a las protestas oficiales, se dieron las de carácter popular; pero todas se unificaban en el propósito de defender la Constitución y las instituciones que esta respaldaba.

Una vez terminada la Guerra de los Tres Años, a fines de 1860, se inició el camino de reorganizar a la nación en todos los aspectos, a fin de reanudar el proyecto liberal.

Aún se vivían las grandes pérdidas de la guerra civil, cuando México se ve amenazado por la intervención militar extranjera de tres países: Inglaterra, Francia y España; utilizando éstos como pretexto la suspensión de pagos de la deuda externa que dispuso Juárez el 17 de junio de 1861.

Ante tal amenaza, Jalisco reaccionó con patriotismo, ya que su gobernador Ignacio L. Vallarta publicó un llamado a sus coterráneos, el 23 de diciembre de 1861, para que defendieran con armas la soberanía e integridad del país.

Tanto España como Inglaterra cesaron en sus propósitos, no así Francia, que procedió a invadir militarmente a México.

En Jalisco, respondiendo a tal atropello, el Tribunal de Justicia del Estado publicó una protesta contra la intervención gala. A pesar de la resistencia militar mexicana, las fuerzas francesas ocuparon su territorio; y el 6 de enero de 1864, las tropas de Francia arriban a Guadalajara.

Los jaliscienses manifestaron siempre su repudio al emperador Maximiliano y a los conservadores que apoyaron su imposición. Hacia 1866, en Jalisco se volvieron más frecuentes y violentos los levantamientos contra el imperio; se clamaba por la instauración de la República. Los conflictos entre los liberales e imperialistas se recrudecieron, llevando al enfrentamiento de las armas entre ambas facciones.

El 18 de diciembre de 1866 se escenificó en la hacienda de La Coronilla, cerca de Santa Ana Acatlán, un fuerte combate entre tropas francesas y las fuerzas comandadas por el general Eulogio Parra, quien conquistó la victoria cubriendo de gloria las armas mexicanas. Otro de los hombres que logró grandes triunfos para México en esta guerra, fue el General Ramón Corona. El 21 de diciembre de 1866, el general Parra entró triunfante a la ciudad de Guadalajara y unos días después, el 14 de enero de 1867, arriba a la capital tapatía, el general Ramón Corona, con este hecho se da por restaurado el orden constitucional en el estado, aplicando los preceptos de la Carta Magna de 1857 y las Leyes de Reforma.

A partir de 1867, con la restauración de la República, se inicia para México un difícil y problemático recorrido que buscaba restablecer las instituciones republicanas y fomentar las libertades políticas.

El 14 de agosto de 1867, al convocarse a elecciones, se inició la definición de posición de quienes participaban en grupos políticos. En Jalisco, la contienda se dio entre los grupos de liberales moderados y liberales “puros”, es decir, radicales en sus ideas. Apareció en la escena política, como un elemento de peso en este renglón, la Unión Liberal bajo el auspicio de Ignacio L. Vallarta. Integraban  este grupo, miembros de la intelectualidad jalisciense puros. Otro grupo liberal radical que cobró fuerza fue el Club Republicano Progresista.

El prestigio y la experiencia de Juárez en el plano político, lograron mantener la línea federalista en el gobierno, así como resistir el ataque de varias sublevaciones como la inspirada en el Plan de la Noria, emitido por Porfirio Díaz en 1871, el cual rechazaba la reelección de Juárez.

Tras la muerte de Benito Juárez, ocurrida el 18 de julio de 1872, se recrudecieron las rebeliones. En la Sierra de Alica, Manuel Lozada proclamó el “Plan Libertador”; fue el general Ramón Corona el encargado de hacer frente a esta sublevación, logrando la victoria en La Mojonera el día 28 de enero de 1873.

El día 7 de febrero de 1876, el general Donato Guerra se pronunció en Lagos, a favor del Plan de Tuxtepec, proclamado éste por Porfirio Díaz; en él se declaraba por la no reelección y criticaba la política de Lerdo de Tejada, acusándolo de manipular las elecciones para mantenerse en el poder y de dilapidar los fondos de la nación.

El día 8 de enero de 1877, el Congreso del Estado de Jalisco reconoció el Plan de Tuxtepec, y al día siguiente Díaz entró victorioso a Guadalajara seguido, dos días más tarde, por 12 mil hombres de su división.

El 5 de mayo de 1877, Díaz tomó la presidencia y no se separó de ella hasta 1911, valiéndose de continuas reelecciones.

Jalisco esperaba que la administración de Díaz, le reincorporara a su territorio el de Nayarit antes Cantón de Tepic. Esta espera, sin embargo, resultó inútil pues el Séptimo Cantón de Tepic, mediante la reforma del artículo 43 Constitucional, se convirtió en territorio de la federación, lo cual ocurrió en 1884.

La consolidación del poder de Díaz en el estado de Jalisco, se dio cuando al morir el general Ramón Corona, el 11 de noviembre de 1889, dejó libre el terreno para que se impusieran sus partidarios.

Mapa de Jalisco que data de 1898.

La permanencia de Díaz en el poder hasta 1911 resultó un obstáculo para quienes deseaban ver convertido a México en una verdadera República Federal; el inicio del siglo XX, representaba para ellos una nueva época que reclamaba una renovación en todos los aspectos; político, social y económico.

Así, a principios del presente siglo, empezaron a surgir los primeros brotes de inconformidad hacia la dictadura. En Jalisco, desde 1903, se registraron manifestaciones en pequeños grupos que repudiaban la continuidad del dictador.

En 1908, luego de la entrevista Díaz-Creelman, en todo el país los grupos políticos comenzaron a organizarse; en Jalisco muchos profesionistas e intelectuales empezaron a formar nuevos grupos políticos, y a reorganizar los círculos y clubes que ya existían.

En 1909 surge el partido antirreeleccionista encabezado por Francisco I. Madero, quien pugnaba por la no reelección, la vuelta pacífica a la democracia y una transformación política que diera vitalidad al país.

Inspiradas en estas ideas, las agrupaciones políticas hicieron un replanteamiento de sus bases, tal como lo hiciera el club democrático jalisciense, y los partidos independiente y liberal jalisciense.

Al proclamar Madero, en octubre de 1910, el Plan de San Luis, que desconocía el gobierno de Díaz y en el que se llamaba a los ciudadanos a tomar las armas a fin de arrojar al dictador del poder, en Jalisco algunos grupos del sur y del centro del Estado se unieron a su llamado, sin embargo, estos levantamientos fueron aislados y fácilmente controlados.

El rechazo a la permanencia de Díaz en el poder, sin duda, estaba en el sentir de los jaliscienses, pero no lo manifestaron en movimientos masivos.

Luego de la traición de Victoriano Huerta y el asesinato de Francisco I. Madero y José María Pino Suárez, en febrero de 1913, Huerta se adueñó de la presidencia.

En respuesta a esta arbitrariedad es redactado el Plan de Guadalupe, en marzo del mismo año; en este documento se desconocía a Huerta como primer mandatario y se anunciaba la conformación del ejército constitucionalista.

En Jalisco, la población campesina se manifestó de inmediato a favor de Venustiano Carranza, jefe de las fuerzas constitucionalistas. Se dieron levantamientos en Los Altos, Mascota, Talpa, Cuquío, Tlajomulco, Tala, Acatlán, Etzatlán, Hostotipaquillo, Mazamitla, Autlán, Magdalena, San Andrés, Contla, Ameca y otros lugares. Sin embargo, estos pronunciamientos no lograron conjuntar esfuerzos y convertirse en una efectiva respuesta que cuestionara el gobierno establecido, el cual consideraba a Jalisco como una región que se mantenía tranquila.

Jalisco fue escenario de enfrentamientos entre los ejércitos constitucionalistas y villistas, pero estos no afectaron de manera sensible las estructuras internas de la entidad.

El 12 de junio de 1914, el general Manuel M. Diéguez fue nombrado gobernador de Jalisco por el primer jefe Venustiano Carranza.

En septiembre de 1916, Carranza hizo una convocatoria para la realización de un Congreso Constituyente para diciembre de ese año en Querétaro.

Diéguez al frente del Ejecutivo del Estado, respondiendo a la iniciativa de Carranza, se encargó de organizar las elecciones de diputados que participarían en el Constituyente.

Entre los legisladores jaliscienses que se hicieron presentes destacó Luis Manuel Rojas, quien presidió el Congreso hasta el 5 de febrero de 1917, fecha de la promulgación de la Carta Magna.

Al triunfo de los constitucionalistas, en 1915, éstos se plantearon llevar a cabo una reestructuración a fondo y a nivel nacional. En Jalisco, se inició rápidamente la reorganización de su vida económica, social y política.

Desde 1823, Jalisco se mostró siempre resuelto a resistir los embates en contra del Federalismo, su completa adhesión a esta forma de gobierno quedó de manifiesto en la constante y enérgica defensa que siempre hizo de él, teniendo como cimiento de su posición los principios de soberanía y libertad mismos que inspiran desde 1915, la reorganización de su vida política, social y económica, dando prioridad a la autonomía municipal, concebida ésta como el principio fundamental de la libertad política de un país.

El 5 de febrero de 1917, fueron recogidos estos principios en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, cerrando para Jalisco, la etapa de su consolidación como Estado.

Desde el momento que Jalisco juró el cumplimiento de la Carta Magna, dio principio a la ardua tarea de fortalecer su estructura económica, social y política.  Esta labor, sin embargo, no ha resultado fácil pues se ha tenido que hacer frente a graves problemas de diversa índole; en el renglón político social la rebelión cristera (1926-1929), y la crisis ideológica y política de la educación (1933-1935), representaron conflictos que lograron superarse, a pesar de la gravedad que cobraron.

En el renglón económico-social, desde la década de 1950, se presentan con mayor énfasis disparidades regionales en el desarrollo de Jalisco, lo que repercutió en un marcado desequilibrio entre asentamientos humanos y recursos naturales; así como desigualdades entre los ámbitos urbano y rural.

La toma de decisiones desde el centro, la concentración de recursos en unos cuantos núcleos de población, la falta de una adecuada política de planeación y la  discontinuidad de los programas sexenales de gobierno dieron como resultado una geografía de considerables índices de marginación en algunas zonas de la entidad; así como desarraigo poblacional y un deficiente aprovechamiento de los recursos naturales.

A partir de la década de los setenta se pusieron en marcha medidas que pretendieron revertir ese desarrollo desigual; los esfuerzos no prosperaron como se esperaba ya que esas acciones y programas de gobierno, seguían un modelo cuyos mecanismos no dejaban de tener un carácter centralizado en la toma de decisiones.

Es en esta época cuando se crea la primera Ley Orgánica Municipal en el estado (1971), en un esfuerzo por lograr que la norma jurídica propiciara y diera cauce al desarrollo político y social de los municipios. Sin embargo, esto no fue posible debido al concepto que se tenía del municipio como prestador de servicios y no como otro nivel de gobierno. Era urgente iniciar un proceso que permitiera definir atribuciones y ámbitos de competencia entre los tres niveles de gobierno.

La reforma de 1983, al artículo 115 Constitucional otorgó nuevas facultades y obligaciones al municipio en materia social, política, administrativa y hacendaria, en un afán por dotar a éste de las condiciones para que se convirtiera en promotor de su propio desarrollo y así reorganizar al país en base al municipio libre. Sin embargo, la injerencia de los ámbitos federal y estatal en algunos rubros de la vida municipal truncaron el proyecto.

En Jalisco se hicieron valiosas aportaciones al proceso de reforma municipal con el otorgamiento de facultades a los Ayuntamientos, como son: la elaboración de sus propias leyes de ingresos y  la posibilidad de establecer convenios con el Gobierno del Estado para la prestación de servicios públicos.

Sin embargo, continuó la tendencia de concentración de recursos y servicios en la Zona Metropolitana de Guadalajara y algunos núcleos poblacionales denominados ciudades medias; lo que se tradujo en un desarrollo regional desigual.

Los jaliscienses estaban cada vez más deseosos de que sus reclamos, por mejores condiciones de vida y mayores oportunidades de desarrollo, fueran atendidos.  La población exigía más espacios y foros de expresión para exponer sus necesidades e inquietudes. Lejos de asumir una actitud pasiva o elegir el camino de la violencia, la sociedad dio una lección de extrema madurez al optar por  la vía democrática para  hacerse escuchar y tener mayor participación en las políticas y decisiones del gobierno.

El alto grado de expresión cívica alcanzado en las elecciones locales de Jalisco(en diciembre de 1988) empezó a perfilar cierta dosis de pluralismo político al arrojar resultados hasta entonces insólitos: 118 ayuntamientos serían gobernados por el PRI; en 3 correspondió el triunfo al PAN; el PARM y la Coalición Cardenista Jalisciense fueron electos en un municipio cada uno; y en un municipio se instaló Concejo Municipal.

A partir de este proceso electoral se advierte una definición de un nuevo mapa político a nivel municipal, y el partido en el poder se vio obligado a enfrentase con un sistema político más competitivo que antes.

En este momento se empiezan a sentar las bases para un  régimen y un sistema político más democrático y plural cuyo mayor mérito corresponde a la sociedad civil.

La expresión de la ciudadanía alcanzó su auge en las elecciones locales de 1995 cuando,  con su voto, puso fin a la abrumadora presencia de un partido sobre los puestos de elección popular, lo que llevó a severas modificaciones en el mapa político del Estado.

En Jalisco se ha iniciado la realización de un viejo anhelo de todos sus habitantes: avanzar en la democracia desde el ámbito local y hacer de la alternancia en el poder una realidad para las futuras generaciones.

La actual conformación del Congreso Local y el mosaico político de los Ayuntamientos son un reflejo de que los jaliscienses estamos en la búsqueda de organizaciones cada vez más democráticas que concuerden con una sociedad más plural y moderna.

CRONOLOGÍA DE HECHOS HISTÓRICOS*

100 En la costa de Jalisco, entre Puerto Vallarta y Cihuatlán, así como en el oeste de la entidad, se desarrolla una cultura semejante a las de Colima y Nayarit, cuyos asentamientos principales se establecen en Tuxcacuesco, Autlán, El Ixtépete y cerca de Barra de Navidad. Su cerámica evoca motivos mortuorios, militares y costumbristas.
618 La expansión cultural tolteca llega hasta la región de Xalisco.
1325 Se funda la localidad de Ameca que enfrenta las constantes invasiones de los tarascos, cuyo dominio se hace patente en toda la zona.
1510 Los indígenas de Zapotlán, Sayula y Zacoalco con la ayuda de los colimenses, dejan de ser tributarios de los michoacano-tarascos, al triunfar en la guerra del Salitre.
1522 Cristóbal de Olid incursionó por Mazamitla y Tamazula en busca de minerales preciosos.
1524 Francisco Cortés de Buenaventura explora el valle de Autlán, Alonso de Avalos recibe en encomienda la región sur de Jalisco hasta la ribera meridional de la laguna de Chapala, así como Cocula, Zacoalco y Sayula.
1529 El presidente de la Audiencia de México, Nuño Beltrán de Guzmán inicia la conquista de la región jalisciense, que integra junto con Nayarit, Colima y Michoacán la región llamada "Conquista del Espíritu Santo de la Mayor España".
1531 Juan de Oñate, por órdenes de Nuño Beltrán de Guzmán, funda la villa de Guadalajara en el actual Nochistlán, interesado en fomentar la comunicación con el Pánuco. Una real cédula dispone que la región se llame provincia o reino de Nueva Galicia y la capital se establezca en Santiago Galicia de Compostela.
1541 Ocurre una sublevación de indígenas en el norte de Nueva Galicia. Durante las escaramuzas es asesinado Pedro de Alvarado y derrotado Miguel de Ibarra; Guadalajara es asaltada por los indígenas; los cuales finalmente son vencidos en El Mixtón.
1542 El 14 de febrero, ante las incursiones indígenas y tras varios intentos de establecerla, la villa de Guadalajara fue trasladada a su lugar definitivo en el valle de Atemajac. Se nombraron los primeros regidores.
1546 Se estableció el obispado de Guadalajara por orden del papa Paulo III.
1548 El 13 de febrero, por cédula real del rey Carlos I de España, se dispone la creación de la Audiencia de Nueva Galicia, establecida originalmente en Compostela.
1560 La Audiencia de Nueva Galicia se traslada a Guadalajara el 10 de diciembre.
1575 Se dispone que la Audiencia de Nueva Galicia se administre independientemente del virrey de la Nueva España, al que sólo se reserva el mando militar.
1607 Se establece la provincia franciscana de Xalisco o Santiago, separada de la provincia Michoacana.
1652 El franciscano Antonio Tello termina su "Crónica Miscelánea de la Santa Provincia de Xalisco", primera historia general de la región.
1704 Sublevación de indígenas en Mezquitic y Colotlán lo que causa la muerte del encomendero.Calderilla, aborigen fiel a los españoles, derrota a los alzados en Tlaltenango.
1767 35 jesuitas, entre ellos Francisco Javier Clavijero, residentes en Nueva Galicia son expulsados a Italia.
1786 El 4 de diciembre, por real ordenanza y a propuesta del ministro universal de las Indias, José de Gálvez, se crea la intendencia de Guadalajara que comprende los territorios de los actuales estados de Jalisco, Nayarit, Aguascalientes y Colima. Se extinguen las alcaldías mayores y los corregimientos; se envían subdelegados a los pueblos de indios.
1789 El virrey Manuel Antonio Flores, determina la segregación de Aguascalientes y Juchipila de la jurisdicción de Guadalajara, las cuales son adscritas a la intendencia de Zacatecas.
1790 El intendente Villaurrutia decreta el establecimiento de una Junta de Caridad y la división de la ciudad de Guadalajara en catorce cuarteles, primera organización urbana de la misma.
1792 Mariano Valdez Téllez Girón establece la primera imprenta de Guadalajara.
1795 Se crea el Real Consulado de Guadalajara con jurisdicción en el territorio que cubría anteriormente la Audiencia.
1797 Una cédula real concede permiso para la celebración de una feria anual en San Juan de los Lagos, beneficiada con la exención de alcabalas.
1800 Fernando Abascal y Souza, intendente de Guadalajara, enfrenta una rebelión indígena en Nayarit e inicia la urbanización de Guadalajara.
1802 El obispo Juan Ruiz de Cabañas encarga al arquitecto Manuel Tolsá el proyecto para la construcción de una casa de misericordia y hospicio de desvalidos y huérfanos. El edificio posteriormente será llamado Hospicio Cabañas.
1804 El intendente Fernando Abascal y Souza publica un informe del reino de Nueva Galicia, que manifiesta una población de 522,317 habitantes en 2 ciudades, 6 villas, 4 congregaciones, 322 pueblos de indios, 27 reales de minas y 29 partidos.
1808 Ante la invasión napoleónica de España, el obispo Juan Ruiz de Cabañas, el cabildo eclesiástico, la Universidad, la Real Audiencia, el Consulado y demás corporaciones locales comunican que sólo reconocerán la autoridad de la Junta de Sevilla. La Audiencia de Guadalajara protesta contra la medida del virrey Iturrigaray de convocar a las audiencias, por considerarla atentatoria contra la autoridad española.
1809 El obispo Cabañas es electo representante de la Nueva España para integrar la Suprema Junta Central Gubernativa. Aparece en Guadalajara el "Semanario Político", primer periódico del lugar.
1810

- Ante la sublevación de Hidalgo, la Audiencia instala la Junta Superior Auxiliar de Gobierno, Seguridad y Defensa de Guadalajara. El obispo Juan Ruiz de Cabañas organiza el Batallón de la Cruzada, con miembros del clero y emite un edicto de excomunión contra los insurgentes.- José Antonio Torres toma Zapotlán y entra triunfante en Guadalajara. El cura José María Mercado, de Ahualulco, inicia un movimiento a favor de Hidalgo. Este último decreta el 6 de diciembre, en Guadalajara, la abolición de la esclavitud, abroga el pago de tributos por parte de las castas y expide un decreto de restitución de tierras a las comunidades indígenas.

- Francisco Severo Maldonado publica el periódico insurgente "El Despertador Americano" en Guadalajara.

1811 El 17 de enero, las fuerzas insurgentes son derrotadas en la Batalla de Puente de Calderón ante el ejército realista comandado por Félix María Calleja. Nueva Galicia es reorganizada administrativamente por el gobierno colonial.Se funda la Casa de Moneda de Guadalajara.
1812 La isla de Mezcala, en el lago de Chapala, se convierte en fortificación insurgente durante 4 años. Los realistas, al mando de Pedro Celestino Negrete, son derrotados por los insurgentes de Mezcala, en un intento de aquellos por reconquistar la isla.Se establece formalmente la Diputación Provincial de Guadalajara, que comprende la intendencia de Guadalajara.
1814 Por cédula real se restablecen en Nueva Galicia los sistemas administrativos, judiciales y gubernamentales anteriores a 1808. Se suprime la Diputación Provincial.
1816 Ante la falta de víveres, el sitio de la isla y una epidemia entre los insurgentes de Mezcala, éstos aceptan la amnistía del gobierno virreinal.
1817 Pedro Moreno muere en combate cerca del rancho El Venadito. Francisco Javier Mina es apresado en el lugar y fusilado días después.
1818 Se restablece la Diputación Provincial de Guadalajara, compuesta de siete diputados propietarios y tres suplentes.
1821

El 23 de junio, el realista Pedro Celestino Negrete se adhiere, en San Pedro Tlaquepaque, al Plan de Iguala.La Diputación Provincial, la Audiencia y el Ayuntamiento aceptan la Intendencia y reconocen a Negrete como comandante del Ejército de Reservas y jefe político superior de la provincia. Negrete decreta la supresión del impuesto de guerra al maíz y la leña, la exención de cobros a los indios cuando se trate de derechos judiciales y abre el libre cultivo del tabaco.

Se publica "La Gaceta del Gobierno de Guadalajara" y se instala la Junta Patriótica de Nueva Galicia destinada a promover el adelanto intelectual de la provincia.

1823

En sesión extraordinaria, celebrada el día 16 de junio, la Diputación Provincial de Guadalajara expide un histórico manifiesto en el que cambia la Provincia en Estado Soberano Federado con el nombre de Estado Libre de Jalisco. Y el 21 de junio, a través del Plan de Gobierno Provisional del Nuevo Estado de Jalisco sienta las bases políticas contemporáneas que dan origen al aún vigente Sistema Tripartita de Poderes, con el Ejecutivo, Legislativo y Judicial, suprimiendo las instituciones españolas como la Audiencia y el Consulado. **Se firman los Convenios de Lagos entre Nicolás Bravo y Pedro Celestino Negrete, miembros del triunvirato del poder ejecutivo y Luis Quintanar, gobernador de Xalisco. En ellos, Xalisco se compromete a obedecer las disposiciones del Supremo Poder y del Congreso Nacional.

El 14 de septiembre, se instala el primer Congreso del Estado de Jalisco. **

1824 El 18 de noviembre se promulga la primera Constitución del estado de Jalisco. La Universidad y el Cabildo Eclesiástico se niegan a jurarla, por considerar el artículo 7 atentatorio contra los derechos de la iglesia.
1826 El Congreso de Jalisco expidió el Plan General de Instrucción Pública.
1828 Se funda la Escuela Normal Lancasteriana de Guadalajara.
1829 La tropa, acaudillada por el coronel Celso Iruela en Guadalajara, se suma al Plan de Jalapa que desconoce a Vicente Guerrero como presidente de la república.
1834 El Congreso jalisciense invita a los de Querétaro, Guanajuato, San Luis Potosí y Michoacán, a formar una coalición que defienda "la independencia, la libertad y la federación" ante los intentos centralistas de Santa Anna.
1837 El gobernador Antonio Escobedo publica un decreto que reforma la organización territorial del estado. El departamento de Jalisco se divide en distritos de 8 cantones. Manuel López Cotilla presenta un "Plan para el Arreglo de la Enseñanza Primaria en Jalisco".
1841 El comandante militar de Jalisco, Mariano Paredes y Arrillaga proclama el Plan del Progreso, que desconoce al presidente Bustamante.
1846 Pronunciamiento liberal en Guadalajara, contra las aspiraciones pro-imperialistas del presidente Paredes y Arrillaga.
1848 Mariano Paredes y Celedonio Jarauta lanzan en Lagos, su Proclama y Programa Revolucionario, desconociendo el Tratado Guadalupe-Hidalgo entre México y Estados Unidos.
1849 Se crea el Senado de Jalisco con facultades legislativas.
1852 Los canónigos del Cabildo Eclesiástico de Guadalajara y un grupo de propietarios promulgan el Plan del Hospicio, que propone una dictadura militar en el país.
1855 Santos Degollado, José Salgado y Simón Gutiérrez en apoyo al Plan de Ayutla toman Zapotlán El Grande, Colima y Guadalajara. Ignacio Comonfort promulga en Guadalajara el "Estado Orgánico de Jalisco".
1858 El 13 de marzo, Guadalajara se convierte en sede del Poder Ejecutivo, al instalarse ahí, el presidente Juárez y su gabinete. El coronel Antonio Landa, a cargo de la guardia de honor presidencial, apresa al presidente y sus colaboradores. El general Anastasio Parrodi libera Guadalajara y al gabinete presidencial, que parte hacia Colima. El ejército conservador toma Guadalajara.
1860 El 13 de noviembre, el gobernador liberal Pedro Ogazón toma la ciudad de Guadalajara y establece ahí su gobierno, anteriormente ubicado en Ciudad Guzmán.
1863 Las tropas francesas toman Lagos de Moreno en su camino a Aguascalientes.
1864 El 6 de enero, el ejército francés entra a Guadalajara.
1866 El republicano Eulogio Parra vence a las tropas francesas en la Hacienda de la Coronilla, cerca de Santa Ana Acatlán.
1867 El general Ramón Corona toma la ciudad de Guadalajara. Pedro Galván derrota a los franceses en Acatlán, lo que consolida el triunfo republicano. El Congreso de Jalisco restablece el orden constitucional.
1873 El gobernador Ignacio Vallarta establece la obligatoriedad de la instrucción primaria en Jalisco.El general Ramón Corona derrotó en La Mojonera, a las huestes sublevadas de Manuel Lozada "El Tigre de Alica" y Plácido Vega. **
1876 El general Donato Guerra se pronunció en Lagos de Moreno a favor del Plan de Tuxtepec proclamado por Porfirio Díaz.
1884 Se publica el reglamento de la Junta Directiva de Estudios con el cual se habilita a los liceos de varones y de niñas como escuelas de enseñanza normal.Se modifica el artículo 43 de la Constitución Federal, con el fin de segregar de Jalisco al cantón de Tepic, convirtiéndolo en territorio federal.
1887 El gobernador Ramón Corona expide un "Reglamento de Instrucción Primaria", que determina la obligatoriedad que tiene el estado de Jalisco en el mantenimiento de las escuelas primarias.
1888 Se inaugura la vía ferroviaria México-Guadalajara.
1889 El 10 de noviembre, el gobernador Ramón Corona es asesinado al dirigirse al Teatro Degollado.
1890 Se instala en Guadalajara, la Sociedad Jalisciense de Geografía, Estadística e Historia presidida por el gobernador del estado, Mariano de la Bárcena.
1892 El pedagogo Enrique C. Rébsamen presenta un proyecto al gobernador Pedro A. Galván que crea la Escuela Normal de Profesores de Jalisco.
1904 Se inaugura la Escuela Normal Mixta.
1906 Se publica la Constitución Política de Jalisco.
1911 El 11 de junio, las tropas maderistas de Ramón Romero entran victoriosas a Guadalajara.
1914 Los constitucionalistas entran pacíficamente en Guadalajara después de derrotar a las tropas huertistas en Atzatlán, Ahualulco y Ameca. El general Manuel M. Diéguez asume la gubernatura de Jalisco; decreta el salario mínimo y la laicidad de la educación. El 17 de diciembre, el general villista Julián Medina toma Guadalajara. Manuel M. Diéguez instala su gobierno en ciudad Guzmán.
1915 Manuel M. Diéguez, toma dos veces Guadalajara; y los villistas hacen lo mismo, hasta que finalmente Diéguez se instala definitivamente en el gobierno del estado.
1924 Los rebeldes delahuertistas son derrotados en el lago de Chapala. El gobernador José Guadalupe Zuno regresa a Guadalajara.
1926 La Liga de la Defensa Religiosa dirige un boicot contra el gobierno y una huelga de impuestos. El movimiento cristero se expande por varias regiones de Jalisco.
1927 13 sindicatos católicos, organizados por el Sacerdote Amando de Alba, se levantan en armas durante la Cristiada.
1928 En Mezquitic, los jefes cristeros formulan una ordenanza general y toman medidas para formar un gobierno en las áreas ocupadas.
1935 Se funda la Universidad Autónoma de Guadalajara.
1974 Un grupo guerrillero secuestra al exgobernador José Guadalupe Zuno, para liberarlo días después.
1985 Ciudad Guzmán recibió ayuda nacional e internacional para la reconstrucción de la población, a causa de los terremotos del 19 y 20 de septiembre, que también afectan gravemente a otras ciudades del país.
1995 Un fuerte sismo afecta a la población de Cihuatlán, Jalisco.**

*Nota: Esta cronología de hechos históricos fue tomada de Perspectiva Estadística de Jalisco, publicado por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, en 1997.
Sólo se complementó con las fechas que aparecen marcadas con dos asteriscos**.

 

.

Himno Estatal

Municipios de Jalisco